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Silla 36: Rosa Beltrán

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Hacía años que me moría de ganas de presumir que había conocido a Doña Rosa Beltrán, poco después de que aprobaran su ingreso a la Academia Mexicana de la Lengua y pues hoy, que ha dado su discurso de ingreso en el Palacio de Bellas Artes, me pareció buena idea escribir esa entrevista buenísima que me dio durante la FIL Guadalajara 2014.

Debo admitir que mucho antes de conocer la faceta de escritora que ha cultivado novela, ensayo y cuento, conocía su faceta de Directora de Literatura en la UNAM y que me había gustado el hecho de que rescatara la obra de diferentes autores, tanto noveles como veteranos de la literatura latinoamericana y eso le daba frescura a las diferentes colecciones que la máxima casa de estudios edita.

Novela, cuento y ensayo son los géneros que cultiva. Rosa Beltrán ha publicado con Alfaguara y con Seix Barral

Y justamente de eso, además de su ponencia en esa FIL en particular, es sobre lo que versa la entrevista.

En la FIL, el tiempo es oro y Doña Rosa Beltrán tenía poquísimo tiempo para dedicarnos, así que la primera pregunta era fundamental y, a pesar de todo, no la tenía anotada, así que decidí improvisar, con el tema, según reviso el audio era que no se encontraban sus libros en el Stand (manzana) de Alfaguara. Y así sucede también con la distribución de las obras de diferentes autoras.

Barbie: ¿Cómo influyó tu vida como Directora de Literatura de la UNAM en tu historia personal?

Doña Rosa: La Dirección de Literatura de la UNAM me ha permitido conocer lo que están escribiendo los autores contemporáneos, en este momento y en los distintos géneros. Me dio una perspectiva mucho más amplia que la que tenía. Ha sido un trabajo que requiere mucha energía, de mucha entrega y muchas horas pero que ha recompensado de diversas maneras. Una de ellas es a través de lo que se está escribiendo en este momento a través de las diferentes generaciones, insisto. Y dos, el haber organizado tantos encuentros, homenajes y eventos, también me ha dado la oportunidad de conocer a los autores personalmente (¿Ven? Todos tenemos nuestra #fangirl interna). Esto quiere decir que tienes que hablar, pero más que todo, escucharlos porque no siempre los autores se parecen a eso que escriben.

Y esto es una manera de complementar la lectura. Por otra parte, yo desde que entré a esa Dirección pensé que sería más bien como una lectora, la lectora que siempre quiso que se publicaran ciertas cosas que antes no estaban. Así que me asumo más como lectora que como funcionaria, entonces me dediqué a completar colecciones, a abrir otras tantas, sobre todo en géneros pequeños como el cuento, pequeños en extensión, la poesía, la crónica. A llevar las publicaciones a donde fuera, mejorando el sistema de distribución, con la puesta en marcha de una librería digital y las publicaciones digitales.

¿De qué manera ha influido en mi vida? Yo creo que la ha complementado, definitivamente.

B: En la conferencia hablaba de los prejuicios en la literatura, ¿qué consideras que has hecho para desecharlos?

Doña Rosa: Lo que he hecho es obligarme a mirar de una manera oblicua, es decir, renunciar a una mirada que solamente contemple a los autores canónicos, porque ese canon fue construido a través de la convención y a través de la tradición, mayoritariamente escritores hombres. Yo sé, y lo he sabido desde antes de entrar a este trabajo, que las mujeres escriben cosas muy interesantes y que faltaba poner en esos espacios a esas autoras. Me he ocupado en hacer que formen parte, no sólo a través de la participación de estas autoras en diferentes festivales, homenajes, etc. sino que ingresaran también a las publicaciones, que es en donde van a permanecer, aún cuando yo no esté en la Dirección.

B: ¿Quién te falta por publicar? (Tengo la ligera impresión de que literal todos tienen una lista en donde van tachando a quiénes les falta por conocer)

Doña Rosa: Siempre van a faltar autores [por publicar]. A veces por falta de tiempo. También porque hay límites en el trabajo humano, en la capacidad de lo que podemos hacer y en los presupuestos. Lo que importa es dejar una marca, un surco, un camino que es posible transitar y que quien quiera que ocupe este lugar sea capaz de dar continuidad a estos proyectos y no perder -y no volver pasos atrás- eso que se ha ganado en términos de diversidad, en términos de incluir la anomalía, porque ésa es una parte importantísima de la literatura. 

En su discurso de aceptación a la Academia, Doña Rosa habló sobre la importancia que tiene Nellie Campobello en la literatura de La Revolución, que siempre se pasa por alto por su tono personal, a la hora de narrarse pero, que brinda un contexto aún más rico de lo que se pensaba hasta entonces.

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