El cine mexicano ha tenido un auge increíble desde El Crimen del Padre Amaro, cosa que demuestra contando historias que marcan a toda una nueva generación de espectadores. Y No sé si cortarme las venas o dejármelas largas entra en esa categoría de películas que dan de qué hablar aún cuando hayan dejado de estar en la cartelera.
He aquí el traíler del trabajo que le dio a Ludwika Paleta una Diosa de plata en 2014, como mejor actriz.
Hablando de eso, su personaje forma parte de una comunidad donde la creencia de conocer a alguien es el motor donde se cruzan las mentiras y las infidelidades que existen en el piso de un edificio en Polanco. (Por ahí seguro que se les coló un “¡ay, goey!”)
Un par de matrimonios que, lejos de ser ideales (uno es por mantener las apariencias y el otro por puro despecho), se crean unas imágenes ficticias de lo que hacen los otros. Que si, cuántas veces cogen o lo que hacen mientras se espían por las ventanas. En una película con sabor a teatro nice, lo que hacen los 5 actores principales es fantástico.
Ya sé, en principio son 4 los que se espían y no se conocen del todo, hasta que llega un nuevo vecino que, con el afán de integrarse, los invita a todos a una pequeña fiesta, que no sale bien. Toda la incomodidad posible durante meses se acaba con el sonido de 2 disparos y una persona muerta que tendrás que descubrir a través de los fragmentos de historias que se van contando.
Y pues por acá te dejo los datos para cuando la veas. Está disponible en Netflix, en Sanborns y Blockbuster (si es que todavía existe). Y la distribuyen nuestros amigos de Zima Entretainment. ¿Te dije que parte del soundtrack tiene canciones que son parte de la cultura pop-millenial-mexicana?
No sé si cortarme las venas o dejármelas largas.
Año: 2013.
Género: Comedia.
Duración: 103 minutos.
Producción llevada a cabo por Itaca Films.
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